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Por Dra. Candace Mathers, médica naturópata
Agosto es el Mes de la Concientización acerca de la Psoriasis. Este mes ayuda a que se le preste una muy necesaria atención a la psoriasis, un trastorno autoinmune que afecta a más de 125 millones de personas en todo el mundo.
La psoriasis es una enfermedad inflamatoria y crónica de la piel con un potente componente de autoinmunidad. Además de los altos niveles de inflamación asociados con la psoriasis, el sistema inmunitario del cuerpo confunde sus tejidos como foráneos y los ataca.
Entre los síntomas de la psoriasis están los siguientes:
La psoriasis puede ser leve, moderada o grave, dependiendo de la cantidad de partes del cuerpo cubiertas por placas psoriásicas y la cantidad de aflicción que cause.
Diferentes tipos de psoriasis afectan varias partes del cuerpo o causan diversas reacciones en el mismo. Por ejemplo, la psoriasis es una afección que puede ocurrir con un mayor aumento de peso luego de un diagnóstico de psoriasis en placas. Los síntomas incluyen erupciones cutáneas lisas, rojas y dolorosas solo donde hay roce de piel, como en las axilas o el área de la ingle.
Por otro lado, está la psoriasis eritrodérmica, una forma dolorosa y alarmante de psoriasis que puede ocurrir si la psoriasis en placas no es bien manejada. Los síntomas de este tipo de psoriasis incluyen enrojecimiento sobre la mayor parte de la piel, fiebre e incluso deshidratación. Esta forma de psoriasis requiere atención médica de emergencia.
Otros tipos de psoriasis van desde la psoriasis pustular, caracterizada por ampollas llenas de pus (pústulas) y piel roja, con picazón y dolor, hasta la psoriasis en placas, que se caracteriza por los parches de piel protuberantes, rojos, inflamados, con picazón y cubiertos de escamas.
La psoriasis en placas es la forma más común de psoriasis, suponiendo aproximadamente un 90 % de los casos de psoriasis. Lamentablemente, este trastorno cutáneo presenta una fuerte predisposición genética, y los factores de riesgo ambientales a menudo contribuyen con su gravedad. Por ejemplo, la psoriasis ha sido vinculada con la disbiosis intestinal. La disbiosis intestinal es un desequilibrio entre las bacterias útiles y dañinas que viven en el intestino humano.
La psoriasis también ha sido vinculada con otras enfermedades como los trastornos cardiovasculares, la artritis psoriásica e incluso la depresión. La psoriasis es una enfermedad grave que afecta a millones de personas.
Lamentablemente, no hay una cura para la psoriasis, pero eso no quiere decir que la medicina no esté trabajando arduamente para encontrar una. Otras investigaciones indican que la psoriasis podría mejorar con una estrategia más integral y holística, ya que hasta un 51 % de las personas con psoriasis usan medicina complementaria y alternativa para tratar su afección.
Por ejemplo, las investigaciones indican que la curcumina, el polifenol principal en la especia de color dorado curcumina, podría ser beneficioso para la psoriasis. La curcumina es un potente antioxidante o eliminador de radicales libres, además de un potente antiinflamatorio.
Los estudios muestran que la curcumina reduce el daño de los radicales libres característico de la psoriasis en placas, reduce la inflamación, mejora la barrera protectora de la piel, que normalmente se ve comprometida con la psoriasis y reduce el rápido crecimiento de las células cutáneas, que es uno de los principales factores que contribuyen a la psoriasis.
Asimismo, las investigaciones indican que la ingesta oral de curcumina y el uso de esteroides tópicos para la psoriasis tuvieron mejores resultados que el uso exclusivo de este último. La curcumina tiene algunas increíbles propiedades que podrían ser útiles para combatir la psoriasis.
Las investigaciones acerca de la vitamina D también son prometedoras. Por ejemplo, los estudios indican que el bajo nivel de vitamina D está asociado con una mayor gravedad de la psoriasis. La vitamina D no solo es una simple y sencilla vitamina. Esta actúa más como una hormona esteroidea y desempeña muchos roles fundamentales en el cuerpo. Por ejemplo, la vitamina D tiene un rol en la salud ósea, la salud reproductiva y la salud del sistema inmunitario.
La vitamina D ayuda a fortalecer el sistema inmunitario al promover la producción de catelicidina y defensinas, proteínas que ayudan a combatir a los invasores foráneos en el cuerpo. Esta también desempeña un papel crucial en la regulación del sistema inmunitario, devolviéndole el equilibrio cuando está demasiado activo.
Dado que la psoriasis es una enfermedad autoimmune, el beneficio de la vitamina D para aquellos que la padecen, al regular el sistema inmunitario y devolverle el equilibrio, es significativo.
Otra estrategia natural que ha sido estudiada para combatir la psoriasis es el uso de aceite de pescado. El aceite de pescado —que contiene ácido docosahexaenoico (DHA) y ácido eicosapentaenoico (EPA)— a menudo proviene de peces de agua fría como la caballa, el salmón y el atún. El aceite de pescado tiene diversos beneficios para el cuerpo, incluyendo el refuerzo para la salud cardiovascular, la salud de las articulaciones y la reducción de la inflamación.
El aceite de pescado es un potente antiinflamatorio que podría ser útil para aquellos que padecen psoriasis. Por ejemplo, las investigaciones indican que el aceite de pescado ayuda a reducir la cantidad de enrojecimiento, el grosor y descamación de la piel a la vez que también mejora los puntajes en el Índice de Área y Gravedad de la Psoriasis (PASI, por sus siglas en inglés). El PASI es una herramienta usada para puntuar y comprender la gravedad y extensión de la psoriasis en aquellos que padecen la enfermedad.
Los estudios también indican que las dietas ricas en aceite de pescado pueden ser beneficiosas para mejorar la gravedad de la psoriasis. Si bien las investigaciones indican que el aceite de pescado podría ser beneficioso para la psoriasis, los estudios también muestran que el aceite de pescado parece ser más efectivo cuando se combina con terapias más convencionales y cambios en el estilo de vida.
La pérdida de peso puede ser beneficiosa para aquellos que viven con psoriasis. Las investigaciones muestran que perder peso puede reducir de forma efectiva la gravedad de la psoriasis y reducir el agravamiento de las lesiones por psoriasis. El índice de masa corporal, o BMI por sus siglas en inglés, es un valor usado para medir la grasa corporal valiéndose de la altura y el peso. Si bien el BMI puede tener fallas para ciertas poblaciones como los levantadores de pesas y atletas, un BMI más alto (más de 35) fue asociado con un mayor riesgo de desarrollar psoriasis.
La obesidad, definida como un BMI de 30 o superior, está asociada con los mayores niveles de inflamación en todo el cuerpo. Esta inflamación es una característica que también es compartida con la psoriasis. Las investigaciones proponen que perder peso también mejora la efectividad de las terapias convencionales para la psoriasis y la reducción de la inflamación.
Mientras celebramos el Mes de la Concientización acerca de la Psoriasis este agosto, es útil recordar la magnitud de esta devastadora enfermedad. A medida que las investigaciones revelan más acerca de los efectos de esta enfermedad crónica y de las estrategias que podrían mejorarla, existe la esperanza de que aquellos con psoriasis puedan disfrutar de la vida sin dejar que su enfermedad los detenga.
Referencias:
